Hoy por hoy el tema de la economía en cualquier parte del mundo significa un tema al que cualquier persona quisiera acceder. ¿Pero alguno de ustedes se ha preguntado cuanto puede costar realizar una corrida de toros? Pues según dicen, los costos son realmente altos, pero con un gran porcentaje de ganancias. Pero el tema en cuestión es si verdaderamente las cosas son tan reales como lo pintan los más grandes matadores, ganaderos y apoderados del mundo taurino.
Empecemos por lo primordial en una fiesta brava, el toro. Los toros dependerán de sí son becerros, novillos o toros mayores. Además dependerá de la ganadería de procedencia y del costo por transporte desde la ganadería hasta la plaza en donde será lidiado. Por lo general, un buen ejemplar puro de casta, bien presentado y con buena bravura oscila entre los 1.500 y los 4.000 dólares. ¿Bastaste? Pero eso no es nada, ya que este es solo el costo por un ejemplar, es decir, que si tomamos el costo más bajo por un ejemplar y lo multiplicamos por 6 ejemplares que es el promedio de toros por espectáculos, estaríamos hablando de que solo por los animales se desembolsan la cantidad de 9.000 dólares.
Después, se tiene que buscar el lugar en donde realizar la corrida. Según se dice, la plaza de las Ventas de Madrid cobra un promedio de 3 dólares por espectador, por concepto de alquiler de las localidades de la plaza. Es decir, que si a una corrida asisten 15000 personas, le tendríamos que sumar a la lista de costos el pago de 45000 dólares por concepto de alquiler de la plaza. Pero si en realidad lo que se busca es un espectáculo para un grupo más reducido, hay diversas empresas que alquilan las llamadas “Plazas portátiles”, cuyo costo oscila entre los 1000 y los 2500 dólares por concepto de construcción de la plaza, los servicios básicos y el alquiler de la arena por 3 horas. Así que en este rubro las opciones son un poco más limitadas.
Siguiendo con las cuentas acerca del cuánto cuesta hay que ver la participación del otro protagonista de una corrida. Hablamos del torero que realizara la faena y que seguramente dará muerte al ejemplar lidiado. El costo de estos personajes ha sido un mito desde hace muchos años. Según se dice, el primer matador que cobraba por encima del promedio de un torero promedio era el mismo Manuel Rodríguez “Manolete”, quien según algunos rumores, llegaba a cobrar hasta 200.000 dólares por tarde. Pero volvamos al tema actual. Según algunas estadísticas, en la actualidad el torero más caro es el español José Tomas, quien se dice llega a cobrar hasta 500.000 dólares por tarde, esto por supuesto incluye la cuadrilla de picadores, banderilleros y subalternos. Pero sacar cuentas de este rubro es sin duda bastante difícil, pero en esta categoría se puede encontrar a diversos matadores desde precios bastante baratos.
Y qué decir de la indumentaria de los toreros. En este tipo de ropa también hay diversas opciones. Según se dice, un capote de paseo de lujo (aquel que usan los toreros al momento del paseíllo previo al inicio de la corrida) esta valorizado en unos 3.000 dólares. Pero si de esencial se trata, el famoso “Traje de Luces” también tiene sus costos altos. Pero para no hacerla larga, este trajecito esta valorizado entre los 4.000 y 6.000 dólares, dependiendo de los adornos que estos posean, ya sean bordados en oro, algún tipo de tela especial o de la incrustación de algunas piedras preciosas. Júzguenlo ustedes mismos.
Bueno, el hecho es que realizar una corrida de toros está calculado en un aproximado de 600.000 dólares por tarde. Así que cada uno puede darse cuenta que este negocio puede ser lo favorable que se dice, pero para poder pensar en las ganancias, tendrán que primero tener una gran cantidad de inversión.
Como vuelvo a repetir, este tipo de informaciones no es con el objetivo de incentivar la fiesta, sino con el único propósito de darle mayores razones del porque cada vez hay más empresarios taurinos y del por qué se pueden darse el lujo de atacarnos con ejércitos privados. Solo espero que este post sirva para que la gente se dé cuenta de cómo el sufrimiento de un animal puede verse canjeado por unos cientos de miles de dólares.
miércoles, 26 de agosto de 2009
¿Por Que La Sociedad No Se Pronuncia En Contra De Las Corridas De Toros?
Sin lugar a dudas, este es el cuestionamiento que todos los antitaurinos nos hacemos. ¿Cómo puede ser que, siendo el 80% de peruanos en contra de los toros, nuestra sociedad no haga nada por cambiar la realidad? La respuesta hasta el momento es incierta. No se sabe exactamente por que la sociedad no hace nada por cambiar esta situación. ¿Sera que nos hemos acostumbrado a ser una sociedad que acepta lo que las autoridades hacen sin cuestionarlas? ¿O será que nuestra sociedad no tiene las agallas para poder hacer sentir su posición acerca de ciertos temas? La respuesta solo la tiene cada uno en su interior.
Pero después de buscar algunas opiniones entre las personas cercanas a mi entorno y, apoyado por la encuesta realizada por la Universidad de Lima, la principal causa de que la sociedad peruana, especialmente la capitalina, de que no se vea una postura clara acerca de este tema es el hecho de que la sociedad no siente ni mucho menos ve algún tipo de apoyo institucional y/o gubernamental en el país. Un claro ejemplo de esto es el hecho de que en la legislatura anterior del Congreso de la Republica (2001-2006), se hayan presentado 8 proyectos de ley antitaurina y que todos estos hayan sido archivados sin antes haber sido por lo menos revisados y/o debatidos por las instancias correspondientes, mientras que sí fue revisado e incluso debatido por la comisión de Educación del Congreso, el proyecto de ley a favor de las corridas de toros presentado por el congresista, en ese entonces oficialista, Marcial Ayaipoma, que buscaba obligar de alguna manera al estado y diversas instituciones a fomentar, proteger y preservar la fiesta brava, además de dejar nulos todas aquellas leyes o signo de ellas que se opusieran a esta ley; y de castigar a todas aquellas personas, entre las que me encuentro, que se dignaran a aparecer por la plaza de Acho en temporada de feria. Es decir, en pocas palabras, el estado tenía que asegurarle el trabajo a este señor, ya que se desempeña como ganadero de lidia, sino que también nos tenían que castigar por el simple hecho de protestar en contra de una actividad que consideramos, en este siglo XXI, es un acto de crueldad y de insensibilidad que poco o nada aporta a la cultura de las próximas generaciones que llevaran la batuta de nuestro país en los próximos años.
Pero volviendo al tema central, la sociedad en si tiene un sentimiento de temor, debido a las constantes muestras de violencia y de arrebato hechas por los miembros del orden, en su mayoría, personal de seguridad contratados por los mismos empresarios taurinos, con el único objetivo de repelernos a punta de piedras, palos, balas de goma y gases paralizantes; cuando nosotros lo único que hacemos es hacer valer nuestro derecho de opinar y protestar, siempre pacíficamente por supuesto, en contra de algo que altera duramente el desarrollo cultural de la sociedad. Teniendo todo este ambiente, ¿Ustedes creen que alguna persona se animaría a desafiar a estos señores matones? Por supuesto que no, ni que estuviera loco.
Pero esta alianza busca poder integrar a todas aquellas personas que deseen luchar conjuntamente con nosotros en contra de esta barbarie que cada año se vuelve más inculta e insensible a la sociedad limeña.
En conclusión, el principal problema de la no respuesta visible y tajante de la sociedad en contra de este tipo de espectáculos y demás que impliquen el maltrato de animales, es el temor a una fuerza que lo único que hace es atacarte y después mostrarse como las tristes víctimas de una fuerza que solo busca, mediante tácticas pacificas, poder hacer conciencia en todos los peruanos.
Pero después de buscar algunas opiniones entre las personas cercanas a mi entorno y, apoyado por la encuesta realizada por la Universidad de Lima, la principal causa de que la sociedad peruana, especialmente la capitalina, de que no se vea una postura clara acerca de este tema es el hecho de que la sociedad no siente ni mucho menos ve algún tipo de apoyo institucional y/o gubernamental en el país. Un claro ejemplo de esto es el hecho de que en la legislatura anterior del Congreso de la Republica (2001-2006), se hayan presentado 8 proyectos de ley antitaurina y que todos estos hayan sido archivados sin antes haber sido por lo menos revisados y/o debatidos por las instancias correspondientes, mientras que sí fue revisado e incluso debatido por la comisión de Educación del Congreso, el proyecto de ley a favor de las corridas de toros presentado por el congresista, en ese entonces oficialista, Marcial Ayaipoma, que buscaba obligar de alguna manera al estado y diversas instituciones a fomentar, proteger y preservar la fiesta brava, además de dejar nulos todas aquellas leyes o signo de ellas que se opusieran a esta ley; y de castigar a todas aquellas personas, entre las que me encuentro, que se dignaran a aparecer por la plaza de Acho en temporada de feria. Es decir, en pocas palabras, el estado tenía que asegurarle el trabajo a este señor, ya que se desempeña como ganadero de lidia, sino que también nos tenían que castigar por el simple hecho de protestar en contra de una actividad que consideramos, en este siglo XXI, es un acto de crueldad y de insensibilidad que poco o nada aporta a la cultura de las próximas generaciones que llevaran la batuta de nuestro país en los próximos años.
Pero volviendo al tema central, la sociedad en si tiene un sentimiento de temor, debido a las constantes muestras de violencia y de arrebato hechas por los miembros del orden, en su mayoría, personal de seguridad contratados por los mismos empresarios taurinos, con el único objetivo de repelernos a punta de piedras, palos, balas de goma y gases paralizantes; cuando nosotros lo único que hacemos es hacer valer nuestro derecho de opinar y protestar, siempre pacíficamente por supuesto, en contra de algo que altera duramente el desarrollo cultural de la sociedad. Teniendo todo este ambiente, ¿Ustedes creen que alguna persona se animaría a desafiar a estos señores matones? Por supuesto que no, ni que estuviera loco.
Pero esta alianza busca poder integrar a todas aquellas personas que deseen luchar conjuntamente con nosotros en contra de esta barbarie que cada año se vuelve más inculta e insensible a la sociedad limeña.
En conclusión, el principal problema de la no respuesta visible y tajante de la sociedad en contra de este tipo de espectáculos y demás que impliquen el maltrato de animales, es el temor a una fuerza que lo único que hace es atacarte y después mostrarse como las tristes víctimas de una fuerza que solo busca, mediante tácticas pacificas, poder hacer conciencia en todos los peruanos.
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