Al descabellar se trata de seccionar la médula espinal para paralizar completamente al animal (como consecuencia de dicha parálisis, su muerte sobreviene unos minutos después). Pero si la médula no es seccionada completamente, la parálisis también es parcial, y ello da lugar a esas dantescas imágenes de toros moribundos con movimientos agónicos pronunciados.
Es decir, que por un lado se necesita un instrumento similar a la "puntilla", esa especie de puñal utilizado de antiguo (y aún hoy, ilegalmente) en los mataderos para el sacrificio de reses, pero que no exija en su manejo tanta proximidad al animal, y que haga un corte lo más ancho posible pero sin dificultar su introducción entre las vértebras.
Todo ello lo consigue el estoque de descabellar, que es similar al de matar pero con el extremo sin curvar y con una cruceta que hace de tope a 10 centímetros de la punta, es decir, como una puntilla a distancia. Si el matador logra introducirlo entre el espacio intervertebral del atlas, el animal cae fulminado (pero consciente) cuando el corte de la médula es total. Si es parcial, puede rematar el trabajo imprimiendo al estoque un movimiento lateral, con la cruceta como punto de apoyo (nótese por tanto que la cruceta no sólo tiene la misión de que el estoque no profundice más de lo debido y atraviese la garganta del animal, sino también la de brazo de palanca). Una vez el toro en el suelo, bien por efecto del estoque de matar bien por el de descabellar, el puntillero culmina el sacrificio con la puntilla. Para terminar, baste decir que este método de sacrificio está prohibido en toda la Unión Europea por su extrema crueldad.
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