Nadie tiene derecho a gozar haciendo sufrir a los animales. Nadie tiene derecho a convertir en espectáculo festivo y moral la muerte de un toro. Las corridas de toros son un espectáculo bochornoso , que escenifica la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre y la carne de la que se alimentan, contra toda lógica ética y dietética, quienes creen tener un derecho divino a disponer a su antojo de la vida de otros seres sensibles, llegando incluso a justificar y trivializar la muerte del toro como arte y diversión; un comportamiento patológico que nace de una incapacidad para afrontar el dolor de las víctimas y una morbosidad irrefrenable ante la posibilidad de ser testigo directo de alguna cornada, o de la muerte del matador; un riesgo fortuito, infrecuente (un torero por cada 40.000 toros asesinados), y sobre todo evitable que, sin embargo, incrementa el carácter macabro de la corrida.
Y cada año se produce en nuestra sociedad el eterno debate... taurinos vs. antitaurinos. Aunque la verdad es evidente, no requiere mayores explicaciones para cualquiera que posea una mente y un alma sanas. El toreo es una tortura en forma de ritual pseudo-cultural.
Cierto es que mas de las 3/4 partes del país están en contra de esta masacre, sin embargo la Tauromaquia tiene raíces económicas y políticas fuertes, por ello el fin de las fiestas crueles dependerá del grado de respaldo de los medios de comunicación, de los intereses económicos y de las instituciones públicas y religiosas que tradicionalmente las han justificado y mantenido, política y materialmente, a cambio de vender su alma al diablo o al mejor postor, permitiendo la implantación del “status quo” taurino y la pérdida de valores éticos y religiosos del modelo egoísta de sociedad actual, intolerante y cruel, que se manifiesta a través de las retransmisiones taurinas, la violencia deportiva y doméstica y la tele basura en general, con el silencio cómplice, egoísta o ignorante de los votantes que legitiman activa o pasivamente la violencia institucionalizada sin comprender el origen de los conflictos sociales y las guerras locales y transnacionales que condicionan e hipotecan el presente y el futuro de la humanidad.
El Tribunal Constitucional peruano ha señalado recientemente que las corridas de toros no están exonerados del pago de impuestos porque "es un espectáculo público no deportivo" y porque implican "actos de crueldad" que el estado no debe promover. ¿Hace falta mas?
lunes, 29 de diciembre de 2008
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